¿Te pidieron realizar una disertación filosófica para tu proyecto académico y no sabes por dónde empezar? No te preocupes, te guiaremos paso a paso para que puedas hacer un trabajo impecable. Quédate con nosotros y aprende todos los secretos de una disertación filosófica y ser un excelente orador.
Disertación: ¿Qué es?
Para comenzar abordaremos el concepto de disertación. Lo primero que debes saber son las características de este tipo de exposición oral o escrito académico:
- Es un ejercicio de reflexión personal: se trata de exponer una toma de posición personal acerca de un tema, que debe ser objetiva y estar apoyada en el método científico.
- Debe responder a una pregunta o problema: el objetivo de una disertación es dar respuesta a una problemática planteada, a través de una argumentación sólida y objetiva.
- Emplea una variedad de fuentes y autores: para sostener el punto de vista defendido es imprescindible que recurras a diversas fuentes y autores que avalen los argumentos esgrimidos.
- Es un texto de carácter argumentativo que busca convencer: nunca se debe perder de vista el objetivo del trabajo, que es dar respuesta a un problema mediante argumentos sólidos y objetivos, como mencionamos anteriormente.
Una vez establecidas las bases del tipo de texto que abordaremos, estamos en condiciones de adentrarnos en su elaboración. Acompáñanos ahora a ver cómo se desarrolla una disertación paso a paso.
¿Cómo se hace una disertación filosófica?
Si bien el formato del texto solicitado puede variar de acuerdo a los requerimientos del profesor o de la institución educativa, esencialmente una disertación consta de tres partes. La primera de ellas es la introducción, la segunda el desarrollo, y finalmente, la conclusión. Pero antes de comenzar a redactar debes realizar la elección del tema y la investigación previa, que serán los cimientos de tu proyecto.
A continuación, veremos en detalle cada uno de estos apartados y te contaremos todo lo que debes saber para que hagas un gran trabajo.
Elección del tema y búsqueda de información
La investigación previa es el primer paso para definir tu tema de investigación. A partir de este relevamiento de información puedes plantear la problemática que será abordada.
Para ello es preciso que las fuentes que consultes cumplan ciertos requisitos:
- Relacionadas con el tema trabajado: puede que te guste un autor, pero que su relación con el tema sea escasa.
- Deben ser lo más completas posibles: evita tomar información de internet y recurre principalmente a los autores.
- Rigor científico: la fuente consultada no puede ser un artículo de opinión, sino que debe estar fundamentada en argumentos sólidos y comprobables.
- Actual (en la medida de lo posible): si trabajas con una temática contemporánea debes asegurarte que la información esté actualizada.
Una vez analizados los datos obtenidos, tu siguiente paso será definir la problemática a trabajar, es decir, una tesis. Esta será una afirmación relacionada con la temática elegida, tu trabajo será defenderla mediante argumentos tomados de los autores citados. Ten en cuenta que en muchos casos la discusión sobre un tema ya se ha iniciado y tú puedes elegir que bando apoyar.
Introducción de la disertación filosófica
Aquí deberás plantear tu tesis, que debe estar guiada por una o más preguntas. Recuerda que el objetivo de una disertación es dar respuesta a una problemática desde un punto de vista personal y bien argumentado.
En cuanto al tema elegido, las posibilidades de abordaje son muy amplias y para trabajarlo, es preciso acotarlo y tomar solo una pequeña parte del mismo.
En resumen, en tu introducción debe quedar bien claro cuál es la pregunta que motiva tu disertación y tu posición frente al tema. También puedes hacer referencia a los motivos que te llevaron a elegir una determinada problemática.
Desarrollo de la disertación
En este apartado harás uso de la bibliografía que consultaste al principio. Los autores te proporcionarán los argumentos necesarios para defender la tesis planteada en la introducción. Asegúrate de tomar de dos a cuatro argumentos para sostener tu punto de vista, porque de ello dependerá la validez del trabajo.
Otro punto a tener en cuenta es expresarlos de manera ordenada y dedicarle mínimamente un párrafo a cada uno. Además, si tienes en cuenta las refutaciones que se han hecho sobre esos argumentos, puedes intentar desactivarlas.
Conclusión de la disertación
Como cierre del trabajo puedes hacer un breve repaso sobre lo trabajado y exponer cómo has llegado a las conclusiones que te permiten defender tu tesis o punto de vista. No es necesario que escribas todos los argumentos nuevamente, pero si tejer relaciones entre ellos.
Ahora ya tienes todo lo que necesitabas saber sobre la estructura de una disertación. A continuación, veremos las características específicas que tiene un trabajo de este tipo desde un abordaje filosófico.
La disertación filosófica
Líneas atrás hablamos sobre el formato del texto, ahora nos adentraremos en una rama específica del conocimiento, que es la filosofía, y veremos cómo redactar este tipo de trabajo.
La filosofía es una rama del conocimiento muy amplia que no escapa al rigor científico, y al mismo tiempo admite una diversidad de puntos de vista sobre el mismo objeto de estudio. Por tal motivo, tu disertación debe atender a la diversidad que pueda existir en torno al problema elegido.
En filosofía es habitual que existan discusiones sobre cada uno de los temas que se han planteado a lo largo de la historia, por lo cual existen gran cantidad de argumentos tanto a favor como en contra. Una vez que identifiques la temática a trabajar, resta conocer lo que se dice la misma.
Dicho esto, ya estás en condiciones de realizar una gran disertación. Pero has de saber que si aún encuentras dificultades con este trabajo, tenemos las herramientas para ayudarte.
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